Me inclino a pensar en el arte como una energía transformadora, creativa y política que tiene consecuencias sensoriales, ópticas y mentales. Una puerta que nos otorga acceso a nuevos canales de percepción para enviar sistemas aceptados a nuevas preguntas.
Esta es la dirección conceptual en la que trato de desarrollar mi práctica artística, principalmente a través de las instalaciones y esculturas nacidas de la información, de imágenes publicadas en los medios de comunicación, de elementos arquitectónicos y objetos de cultura popular que elijo debido a su posibilidades representativas y simbólicas.
Durante el proceso creativo aplico estrategias de recontextualización y juegos de escala, y así transformo objetos. Haciendo los trabajos, disfruto experimentando con diferentes materiales y evocando nuevas representaciones.